La salud mental infantil es un tema que ha cobrado mucha relevancia en los últimos años. Los niños, al igual que los adultos, pueden enfrentar situaciones que afectan su bienestar emocional. Sin embargo, muchas veces los padres no saben cómo detectar esos problemas o cuándo es el momento adecuado para buscar ayuda.
En este artículo te hablaré de la terapia psicológica para niños, cómo saber si tu hijo la necesita y los beneficios que puede aportar en su desarrollo emocional.
¿Qué es la terapia psicológica para niños?
La terapia psicológica para niños es un proceso en el cual un profesional de la salud mental ayuda al niño a entender y manejar sus emociones, pensamientos y comportamientos. A diferencia de la terapia para adultos, las sesiones con niños suelen ser más dinámicas, utilizando juegos, dibujos y otras actividades que permitan al pequeño expresar lo que siente de una forma natural y sin presiones.
Un caso común:
En mi experiencia, recuerdo el caso de un niño que empezó a mostrar cambios en su comportamiento después del divorcio de sus padres. Estaba irritable, tenía dificultades para concentrarse en la escuela y sus padres no sabían cómo ayudarlo. Tras unas sesiones de terapia, logramos identificar que lo que más le preocupaba era la idea de que no volvería a ver a ambos padres juntos. A través de juegos y conversaciones, pudo expresar sus miedos, lo que permitió que sus padres trabajaran juntos para brindarle el apoyo emocional que necesitaba.
¿Cuándo es recomendable llevar a un niño a terapia?
Es normal que los niños pasen por diferentes etapas y desafíos emocionales mientras crecen. Sin embargo, hay ciertas señales que pueden indicar que es momento de buscar apoyo profesional. Algunas de ellas son:
- Cambios drásticos en el comportamiento: Si notas que tu hijo está más irritable, ansioso o triste de lo habitual.
- Dificultades en la escuela: Si de repente presenta problemas de concentración, bajo rendimiento o falta de interés en actividades que antes disfrutaba.
- Problemas para socializar: Si muestra dificultad para hacer amigos o se aísla de su entorno.
- Cambios en el apetito o el sueño: Si ha perdido el apetito o tiene problemas para dormir sin una causa física aparente.
- Traumas emocionales: Si ha pasado por eventos difíciles como el divorcio de los padres, la muerte de un ser querido o un cambio significativo en su vida.
Ejemplo desde la práctica:
Un niño que había sido muy extrovertido y alegre comenzó a evitar el contacto social después de que su familia se mudara de ciudad. Los padres no entendían por qué, ya que él no expresaba su malestar. La terapia le permitió abrirse y compartir su tristeza por haber dejado atrás a sus amigos, lo que ayudó a sus padres a entender cómo apoyarlo en el proceso de adaptación.
Beneficios de la terapia psicológica para niños
La terapia no solo es útil para tratar problemas emocionales, sino que también tiene beneficios a largo plazo en el desarrollo emocional del niño. Aquí te menciono algunos:
1. Mejorar la expresión emocional
A menudo, los niños no tienen las herramientas para expresar lo que sienten de forma clara, lo que puede generar frustración y comportamientos problemáticos. La terapia les enseña a identificar y hablar de sus emociones.
2. Desarrollar habilidades para resolver problemas
A través de la terapia, los niños aprenden a enfrentar los desafíos de la vida de una manera más saludable, desarrollando habilidades para resolver problemas y manejar situaciones difíciles.
3. Fortalecer la autoestima
Un niño que entiende sus emociones y sabe cómo manejarlas es más seguro de sí mismo. La terapia refuerza la autoestima al enseñarles que está bien sentir emociones y que tienen la capacidad de superarlas.
4. Mejorar las relaciones familiares
La terapia también puede incluir a los padres, ayudándoles a entender mejor las necesidades emocionales de su hijo y a fortalecer la relación familiar. Los padres aprenden a comunicarse de manera más efectiva con sus hijos, creando un ambiente seguro y de apoyo.
¿Cómo funciona la terapia psicológica para niños?
En Metanoia, utilizamos técnicas adaptadas a la edad y el nivel de desarrollo de cada niño. Las sesiones suelen incluir:
- Juegos terapéuticos: A través del juego, los niños pueden expresar lo que sienten sin la necesidad de palabras. Es una herramienta muy efectiva para explorar sus emociones.
- Terapia de arte: Dibujar y pintar es otra forma de que los niños exterioricen sus sentimientos, especialmente si tienen dificultades para verbalizarlos.
- Terapia cognitivo-conductual: Dependiendo de la edad, esta técnica ayuda a los niños a identificar pensamientos negativos y reemplazarlos por otros más saludables.
Trabajo con la familia: En algunos casos, la participación de los padres en el proceso terapéutico es fundamental para ayudar al niño a progresar.
