3 verdades de por qué debes comenzar a sanar.
¿Has sentido que luchas con heridas antiguas que resurgen en tu vida?
¿Notas que estás emocionalmente estancado(a) y no avanzas en absoluto?
Hay una verdad incómoda pero necesaria que debes tener presente: tú eres quien decide empezar a sanar.
Si te rehusas a hacerlo, estás alargando tu dolor de manera innecesaria.
Por eso, en este artículo, compartiré contigo tres verdades por las que es tu deber tomar la decisión de sanar:
1) Otros pueden ayudarte, pero una vez que tú has decidido sanar.
Cuando decides hacer algo para sanar te dará, con el tiempo, mayor sentido de control y satisfacción.
Nadie puede hacer por ti el trabajo de sanar en tu interior. Tú eres la única persona que puede decidir a dónde llevar tus heridas.
Es cierto, tal vez pasaste por cosas aterradoras. Es verdad que una buena parte de esas cosas no fueron culpa tuya. Pero ahora si es tu responsabilidad hacer algo para que tus heridas no sigan definiendo tu vida.
Ahora, el hecho que seas tú quien reconozca que necesita sanar no significa que debes hacerlo solo(a).
Hay muchas maneras de buscar apoyo en comunidad:
Puedes buscarlo en una comunidad religiosa
En un líder espiritual maduro y sabio y en quien confíes
En amigos y personas seguras
Con gente que atravesó lo mismo que tú estás pasando y logró procesarlo bien.
También puedes buscar ayuda profesional a través de un psicólogo, un terapeuta o un psiquiatra.
Todas estas cosas pueden ser buenas iniciativas. Pero, para buscar ayuda debes reconocer que necesitas ayuda.
2) Porque repetirás lo que no reparas.
Si no prestas atención, los patrones que más ignoras se repetirán en ti. Y no solo en ti, sino también en tus seres queridos si no haces algo al respecto.
Por ejemplo, a veces, la gente no tiene siete relaciones malas. Sino una relación mala y abusiva repetida con siete personas distintas. Tus patrones negativos son más peligrosos cuando los ignoras.
De hecho, el peligro más grande en tu vida es el que está sucediendo y no te estás dando cuenta. Es como un pez en el agua que no sabe que está nadando porque es todo a lo que está acostumbrado.
Puedes estar tan sumergido en patrones disfuncionales de conducta que ni siquiera sabes que estás en una situación así de lamentable.
Tómate un tiempo para reflexionar sobre qué aspectos de tu vida parecen repetirse una y otra vez.
¿Cuáles son esos aspectos en los que te sientes atrapado y en los que no hay progreso en absoluto?
¿Cómo estás siendo cómplice de las condiciones de las que te quejas?
3) Porque traspasarás tus heridas a alguien más.
Cuando no te enfocas en sanar, lo más seguro es que recicles tu dolor y se lo pases a otra persona.
De ahí surge la frase de que la gente herida hiere y la gente sanada sana.
Cuando estás herido y no sabes qué hacer, es más probable que hieras a personas, incluso a aquellas que amas profundamente.
Cuando haces el trabajo de sanar, no solo estás sanándote a ti, sino que también estás sanando a tu descendencia y a la gente que está a tu lado.
Si creciste en un hogar con muchos problemas emocionales y familiares, es probable que algunas de esas cosas te afecten ahora.
Piénsalo: Si en el futuro quieres tener hijos(as), ¿te gustaría que ellos pasen lo mismo que tú?
Estoy casi seguro que no. Si esa es tu respuesta, entonces depende de ti que esos hábitos de conducta no se repitan.