¿Cansado(a) de ayudar a otros? Aquí hay 4 preguntas para ti

Antes de despegar, la tripulación de un avión ilustra a los pasajeros sobre algunas cosas importantes.

Una de ellas es qué hacer en caso de que el avión pierda presión en la cabina. Siempre noto que cuando esto ocurre casi nadie pone atención. La gente ya se está acomodando para dormir. O comienzan a usar su dispositivo electrónico.

La instrucción siempre es la siguiente: en caso de perder mucha presión por turbulencia u otro incidente, cada quien recibirá una máscara de oxígeno ubicada arriba de la cabeza del pasajero.

Pero hay un inciso claro: antes de ayudar a la persona que uno tiene al lado a ponerse la máscara de oxígeno, es indispensable que uno se ponga la máscara que le corresponde primero.

Suena egoísta, ¿no?

En lo absoluto. De hecho, tiene sentido.

Porque en el afán de ocuparse poniendo la máscara a alguien más uno puede desmayarse. Eso metería en problemas a la otra persona y a uno mismo.

Poniendo la vida de ambos en peligro.

Por el bien de la otra persona y por el bien de uno mismo es crucial que uno respire primero. Antes de ayudarle.

Esto es cierto no sólo en la instrucción de vuelo. Sino también en nuestras relaciones humanas.

Si eres el tipo de persona que tiene un espíritu colaborativo y un corazón compasivo y cuando ves una necesidad te gusta ayudar es probable que enfrentes algunas de las siguientes tres cosas:

1. No siempre recibirás gratitud por ayudar.

Es cierto. Cuando haces una buena obra no la realizas para obtener la gratitud de otros. Lo sé. Sin embargo, enfrentar la continua ingratitud de los demás puede pasarte factura si no sabes cómo afrontarlo.

Es innegable lo satisfactorio que es hacer un acto desinteresado de bondad. Y recibir el agradecimiento de esa persona.

2. En ocasiones, tus seres queridos cercanos te reclamarán.

Es posible que estés bastante ocupado atendiendo las necesidades de los demás que puedes descuidar significativamente las necesidades de las personas más cercanas a ti. Como tu familia, por ejemplo.

¿Te ha pasado? A lo mejor has escuchado la frase de que eres candil de la calle u oscuridad de la casa. ¿Estás apagando fuegos externos mientras tienes un incendio en tu propio hogar?

3. A veces, te sentirás agotado(a)

Si te gusta ayudar, y por mucho tiempo ha sido así, es posible que en algún punto, o a lo mejor en este preciso momento, te sientes cansado(a).

Más que un cansancio físico que se cura con dormir 8 horas diarias puede ser una fatiga de compasión.

Cansado(a) de ser la persona que debe resolver los problemas de quienes te rodean.

Cuando te proyectas como la persona que siempre ayuda entonces todos te ven como el más fuerte. Y puede ser cansado ser fuerte por bastante tiempo porque sientes que no tienes con quién ser débil.

Si así ha sido por mucho tiempo, puedes estar experimentando un síndrome de burnout. El cual es una falla psico-emocional que proviene de llevar tu cuerpo más allá de los límites saludables en diferentes aspectos.

¿Qué hacer, entonces?

No te detengas de seguir brillando. Es importante que eso esté claro. El mundo necesita más personas como tú. Con un enfoque hacia los demás y que busque formas de cómo mitigar el sufrimiento ajeno.

Te aplaudimos.

A la vez, te invitaría amablemente a que te asegures de estar portando tu máscara de oxígeno en primer lugar. Para que no caigas desmayado por estar ayudando continuamente a otros(as).

Por eso creo que vale la pena que te hagas las siguientes interrogantes. Y te las respondas a ti mismo con mucha honestidad:

1. ¿Estoy siendo un buen mayordomo con los recursos y tiempo que yo tengo para administrar?

Debes saber un buen mayordomo de todo lo que tienes. Tu tiempo y todos tus recursos. Si esto no pasa, entonces puedes estar demasiado ocupado ayudando a los demás conduciendo de arriba para abajo que se te olvida echarle combustible a tu vehículo.

2. ¿Estoy cuidando apropiadamente de las personas que están bajo mi responsabilidad directa antes de ayudar a un grupo social más amplio?

Está bien ser de ayuda para la mayor cantidad de personas posible. Al mismo tiempo no debes descuidar aquellas personas que están bajo tu responsabilidad o cuidado directo. Puede ser tu núcleo familiar. O algún ser querido que requiere una atención especial.

3. ¿Cuáles son las cosas que me llenan de energía mientras le ayudo a otras personas?

Pon una atención especial a aquellas cosas que cuando tú las haces ayudando a otros también te llena de energía. Con frecuencia estas serán las cosas que puedes mantenerte haciendo por bastante tiempo sin sentirte exhausto.

4. Así como ayudo a los demás…¿tengo la costumbre de pedir ayuda cuando soy yo quien la necesita? Si no lo hago, ¿a qué se debe?

Está bien ayudar. Y está bien pedir ayuda. En muchos casos, no solemos pedir ayuda porque carecemos de humildad. No queremos estar en la posición de solicitar apoyo de otros. Pide ayuda. No quiere decir que eres débil. Sino lo suficiente sabio para hacerlo.

¡Es todo!

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