La ansiedad puede ser una compañera indeseable. Algunos días puedes manejarla mejor que otros, pero hay ocasiones en que se vuelve insoportable.
Quizás experimentes algunos de estos síntomas con mayor intensidad en ocasiones:
Falta de concentración en el trabajo
Sensación de angustia o miedo
Dificultad para respirar
¿Cómo puedes aliviar tu ansiedad en esos momentos difíciles?
Te comparto tres prácticas simples y gratuitas que uso con mis clientes en psicoterapia en línea.
1) Sé compasivo contigo mismo.
Cuando sufres ansiedad, no te auto-castigues. Eso empeorará todo. Trátate con la misma amabilidad que le darías a un buen amigo o amiga que estuviera en tu situación.
La compasión propia puede ayudarte a reducir el estrés y a sentirte mejor. ¿Cómo puedes practicarla?
Reconoce el diálogo interno negativo que surge con tu ansiedad
Reemplázalo por palabras de apoyo y aliento. ¿Qué le dirías a un amigo o amiga que pasara por lo mismo que tú?
Disminuye el ritmo de lo que estés haciendo y date un respiro.
Recuerda que la ansiedad no te define. Eres más que un diagnóstico.
2) Respira profundo.
Una forma de aliviar tu ansiedad es respirar profundo. La ansiedad te hace temer el futuro; enfocarte en tu respiración te ayuda a prestar atención al presente.
No es una idea mística de monjes tibetanos, sino una realidad neurológica: al enfocarte en tus sensaciones corporales, desvías la atención de tu ansiedad a tu cuerpo.
Pero, ¿cómo respirar correctamente?
Te sugiero practicar el suspiro fisiológico. Es una herramienta respaldada por la Universidad de Stanford que te permite regular tus emociones en tiempo real.
Consiste en lo siguiente:
Inhala dos veces por la nariz. La primera inhalación debe ser más larga que la segunda.
Retén la respiración por al menos 7 segundos. Esto hace que el oxígeno llegue a tu cerebro y a tu sangre.
Exhala por la boca contando 8 segundos en tu mente.
¿Por qué hacer esto? Al exhalar despacio, le envías un mensaje a tu cuerpo: no hay peligro, estás a salvo.
3) Mantente activo.
Otra forma de aliviar tu ansiedad es moverte. El movimiento libera endorfinas, que son sustancias químicas que te hacen sentir bien.
No es necesario que hagas un ejercicio intenso o agotador. Basta con que salgas a caminar unos 10 o 15 minutos y disfrutes del aire fresco.
Porque el flujo óptico generado al caminar reduce la actividad cerebral en la amígdala, el centro de amenaza en el cerebro.
Estar mucho tiempo sentado o acostado puede aumentar tu ansiedad, porque te hace pensar demasiado en tus problemas.
Si te sientes ansioso, intenta romper el ciclo de la inactividad y hacer algo que te guste.
Examina tu vida
Estas tres prácticas pueden ayudarte a aliviar tu ansiedad en los días difíciles. Pero también es importante que revises tu vida en general.
La ansiedad tiene sus síntomas, pero también es un síntoma de algo más profundo y complejo en tu vida. ¿Qué puede ser?
Quizás sea una relación que no te hace feliz o que no te da seguridad.
Quizás sea un trabajo donde sufres presión o amenazas de tu jefe.
Quizás sea el estrés por la situación económica o el costo de vida.
Quizás sea el acumulamiento de cambios y situaciones que no sabes cómo afrontar.
Sea lo que sea, no tienes que sufrirlo solo o sola. Busca ayuda profesional si sientes que tu ansiedad te impide vivir plenamente.
La psicoterapia en línea puede ser una opción accesible y efectiva para ti.
Si tu lucha con la ansiedad es demasiado para ti, iniciar tratamiento psicológico en línea puede ayudarte a:
Identificar y cambiar patrones negativos de pensamiento que sirven como el combustible de tu ansiedad
Aprender e implementar estrategias de afrontamiento saludables para manejar mejor tu ansiedad en las diferentes áreas de tu vida
Descubrir la causa raíz de tu ansiedad y abordar otros factores están contribuyendo a ella.
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