4 Estrategias Para Pelear Mejor Con Tu Pareja

No se trata de no pelear, sino de hacerlo bien.

Una vez estaba platicando con alguien que es un mentor en mi vida. Es un hombre de edad avanzada a quien admiro mucho. Siempre ha sido un hombre de integridad.

Estaba soltero yo en aquel entonces.

El pensamiento de casarme todavía no era algo que me pasaba por la cabeza.

Casi de repente, mientras platicábamos sobre varias cosas, dijo algo que hizo que me quedara helado.

“El matrimonio no se trata de NO pelear. Sino de aprender a pelear. Con quien sea que te cases, Luís, vas a pelear. La clave está en encontrar a alguien que amas. Y aprender a pelear con esa persona.”

Después de escuchar eso me quedé pensando en esas palabras por algún tiempo.

Yo pensaba que las discusiones y los desacuerdos en las relaciones era algo ocasional. Infrecuente.

Sí, ocurrían. Pero si uno tan solo encontraba a la persona “perfecta”, entonces eso no sería un problema.

“¿Acaso no se trata de encontrar a una persona compatible con uno precisamente para NO estar peleando?” pensaba yo.

Error.

Si estás en una relación, no importa qué tan caros sean los regalos.

No importa cuan bonitos salgan ambos en las selfies.

No importa cuantas cosas tengan en común.

Si estás en una relación y ambos son seres humanos que respiran y tienen pulso cardíaco entonces habrán desacuerdos.

Tendrán discusiones.

Habrán peleas.

No es una cuestión de si pasa o no.

Sino de cómo lo manejaras cuando ocurra.

Hay sabiduría en las palabras que me dijo mi mentor esa vez.

Los conflictos son inevitables en las relaciones. Por eso, debemos enfocarnos no en evadirlos.

Pues lo opuesto al amor no es el conflicto. Sino más bien, la apatía e indiferencia.

Tener conflictos no necesariamente significa que la pareja está en un estado irreparable. Hasta cierto punto, pelear es normal.

El verdadero problema no es pelear.

El verdadero problema es cómo ambos se comunican cuando están peleando.

Por eso quiero compartir contigo 4 maneras para pelear mejor con tu pareja.

1. Renuncia al juego de la culpa.

La forma más rápida para escalar una discusión es entrar en el juego de quien tiene la culpa.

Cuando enfatizas quién tuvo la culpa harás que la otra persona se ponga en modo defensivo. Con las barreras altas.

Comenzar una conversación difícil señalando quién tenía la razón solo hará que el pleito se alargue. Pues lo que terminará importando no es el problema en sí. Sino defender quien estaba en lo correcto.

Las peleas saludables son aquellas que ignoran el puntaje de quién tenía la razón.

Lo opuesto al instinto de echar la culpa es asumir la responsabilidad.

Deténte. Piensa por un momento. En lo relacionado con el tema central del conflicto en cuestión…¿qué parte de ello te pertenece a ti?

Imagina que el conflicto en sí es una pizza.

¿Cuál es el pedazo o los pedazos que son tuyos?

Inicia por ahí. Por admitir de qué forma estás contribuyendo al problema.

2. Encuentra el mejor momento para pelear.

La mayoría de discusiones se vuelven más intensas porque las tenemos en el peor momento posible.

Rumbo a un evento ya estando en el carro.

A punto de entrar.

O minutos antes de iniciar algo importante.

Entiendo. Estás desesperado(a) porque haya un cambio.

O piensas que ese problema ya debería estar resuelto.

Más si es algo en lo que has estado pensando durante el día. E imaginándote diferentes escenarios.

Así que cuando tu pareja viene del trabajo, lo primero que quieres hacer con él o ella es ir manos a la obra y hablar sobre eso, ¿no?

¿Para qué seguir esperando? Es lo más lógico.

Esto es algo en lo que yo fallo seguido. Amor, si estás leyendo esto…lo siento. Te amo.

Hay momentos en el día en donde tener conversaciones incómodas pueden terminar en discusiones acaloradas.

Si necesitas tener una plática importante, asegúrate que tú estés en un marco mental y emocional saludable para tenerla, en primer lugar.

Y también cerciórate que la otra persona esté también apta para interactuar sobre ese asunto espinoso.

Si es posible, puedes decir algo como esto:

“Quisiera que habláramos sobre ________. Sé que es un tema difícil.

Por eso quisiera saber si este es el mejor momento para conversar sobre ello.”

3. Volverte histórico.

Cuando dos personas están peleando es posible que una de ellas se vuelve histérica. Y la otra histórica.

Es tentador traer asuntos del pasado al presente. Para probar tu punto. Argumentar tu postura. Y aniquilar a tu oponente. Así dar a conocer que tú estás en lo cierto. Y la otra persona está errada.

Puedes escoger tener la razón y demostrarlo. O puedes decidir que vas a valorar la relación. Rara vez puedes hacer ambas simultáneamente.

Si sacas a relucir el pasado, aunque hayan acontecimientos que sí estén relacionados con ese asunto específico, terminarás haciendo que la conversación sea más emocionalmente intensa. Cuando esto ocurre, la conversación civilizada y saludable se lanza por la borda.

¿Cuál es el resultado de sacar el pasado? Arruinar tu discusión presente.

Puedes dar el mejor discurso a tu pareja extrayendo hechos históricos y haciendo un documental oral.

Y te arrepentirás de haberlo dado después.

4. Reemplaza el “Tú” Por el “Yo”

Cuando alguien usa con frecuencia de forma acusatoria el lenguaje “tu” puede causar que nuestro cerebro se ponga a la defensiva.

En muchos escenarios sociales en donde es necesario que alguien asuma la responsabilidad de sus actos, no es una mala idea hacer esto.

Pero en contextos de pareja, puede que no sea útil para abordar algunos conflictos comunes.

En su lugar, es posible que al hacer algunos cambios pequeños en tu forma de comunicarte tengas implicaciones significativas al momento de pelear bien.

A continuación te comparto algunos ejemplos:

  • Tú siempre haces ___________.”

  • Alternativa“Cuando tú haces ____________, entonces yo me siento ____________”

  • “Deja ese teléfono…”

  • Alternativa: “Cuando pasas demasiado tiempo en el teléfono, entonces yo siento que no tengo tu atención.”

  • “Nosotros nunca salimos.”

  • Alternativa“Me gustaría que tuviéramos más tiempo para conectar y hablar con mayor libertad. ¿Podemos hacer planes de salir?”

  • “Tú nunca me escuchas”

  • Alternativa“No me siento muy escuchado(a) y me gustaría sentirme entendido(a)”

¡Es todo!

¡Es todo!

Cuando estes lista(o), así es como puedo seguirte ayudando:

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